Durante un discurso
ante una auditorio feminista, la demócrata ha hecho un llamamiento a que los
gobiernos obliguen a modificar las creencias religiosas.
“Los códigos
culturales profundamente enraizados, las creencias religiosas y las fobias
estructurales han de modificarse. Los gobiernos deben emplear sus recursos
coercitivos para redefinir los dogmas religiosos tradicionales”. La que habla
es la candidata a la presidencia de Estados Unidos por el partido demócrata,
Hillary Clinton, durante una conferencia sobre feminismo en elLincoln Center de
Manhattan, según publica La Gaceta.
Allí la política -a
favor del reconocimiento del aborto como un derecho de la mujer-, criticó ante
una derretida concurrencia que las objeciones de conciencia fundamentadas en
creencias religiosas están detrás de la discriminación a las mujeres y a los
homosexuales -por, por ejemplo, la oposición de la Iglesia al sistema de salud
de Obama que obliga a financiar anticonceptivos y abortos- y que, por tanto,
deben ser eliminadas. “Los derechos deben existir en la práctica, no sólo en un
papel. Las leyes deben estar sustentadas con recursos reales”, continuaba la
candidata.
Tras defender la
‘salud sexual y reproductiva’ (eufemismo para referirse al derecho al aborto) y
la financiación gubernamental de asociaciones como Planned Parenthood (la mayor
central abortista en Estados Unidos), Clinton criticó que haya quienes “se
erijan como líderes y prefieren dejar sin fondos a Planned Parenthood”. No es
la primera vez que la política demócrata desvela su particular guerra contra la
religión. Ya en 2011, durante una conferencia en Génova, la entonces secretaria
de Estado señalaba como uno de los principales problemas sociales que se
apelara a convicciones religiosas para “limitar los derechos humanos del
colectivo LGTB”.
Sus declaraciones ya han
obtenido respuesta: el representante de Catholic League Bill Donohue subrayaba
que nunca antes se había visto a un candidato a la presidencia de Estados
Unidos declarar de forma pública y notoria una guerra a la religión. “Optar a
la presidencia de Estados Unidos sobre la base de utilizar los recursos
públicos para acabar con las creencias religiosas es, probablemente, el eslogan
progresista más sincero de la historia”, ironiza Ed Morrissey en
HotAir.com. “Que se insinúe que una
nación construida sobre el pilar de la libertad religiosa va a emplear la
fuerza del Estado para cambiar las prácticas religiosas es una declaración sin
precedentes”, resumen los analistas.
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