Por
Carlos Álvarez Cozzi
Jusprivatista nacional e internacional uruguayo
A las resoluciones aprobadas por la mayoría de los Estados miembro de la OEA y de la ONU , que negaron redefinir el
matrimonio y el aborto como “derecho” de la mujer ahora se agrega este fallo europeo histórico de la Corte Europea de Derechos
Humanos, que reconoce como antecedente las citadas decisiones.
En Europa la Corte de Derechos Humanos reconoció que la
mayoría de los Estados de la
Unión no aceptan las uniones homosexuales como constitutivas
de “matrimonio”.
En un fallo de fecha 16 de julio de 2014, la Corte de
Estrasburgo, órgano de gran prestigio, señaló que mientras “algunos
estados miembro han extendido el matrimonio a parejas del mismo sexo”, la ley europea establece que el derecho de
hombres y mujeres a casarse libremente “no puede construirse como una imposición
de una obligación sobre los Estados miembro para permitirle el acceso a las
parejas del mismo sexo”.
La sentencia se
da luego que el demandante, natural de Finlandia, acusara a ese estado por no
querer reconocer su cambio de sexo, de hombre a mujer, realizado en el año
2009.
Finlandia, que no reconoce el “matrimonio” gay, señaló que no podía reconocer el cambio de sexo del demandante que estaba válidamente casado con una mujer. En todo caso, explicaron, solo podía reconocer la nueva identidad si el matrimonio con la esposa se disolvía mediante el divorcio o la transformación del mismo en una sociedad civil.
El demandante indicó que el rechazo de aceptar el “matrimonio” del mismo sexo (dos “mujeres”) y su impacto en el reconocimiento de su nueva identidad, eran una violación de sus derechos humanos.
Sin embargo,
El alto tribunal explicó que
Esto nos demuestra a cabalidad, como la
sensatez ha primado en todo el orbe, poniendo un freno a las presiones del
lobby LGTBI sobre los Estados parte de las organizaciones internacionales. Es
que no se puede, mejor dicho, no se debe legislar contra lo natural porque
sería hacerlo contra la realidad y ya sabemos que ésta es porfiada y acaba
siempre por pasar la factura con las consecuencias conocidas.
Felicitaciones entonces a la OEA , a la ONU y ahora a esta Corte de la Unión Europea.
A nuestro juicio, se cierra el círculo del
tema, y esperemos que por muchos años.
No podemos negar nuestra satisfacción los
que venimos luchando contra la prepotencia de quienes pretendían a la fuerza
forzar el orden natural para implantar la agenda de género que busca hace años
llevar adelante una “reingeniería social antinatural”.
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