Fuente: Periodismo de Verdad-junio 19, 2010
Enviado por Graciela Ruiz Ávila
Impresionante. No se recuerda en verdad una multitud igual, al menos no desde el advenimiento de la democracia al país. Miles y miles de tucumanos marcharon bajo la lluvia durante más de dos horas para pedir y suplicar a los Senadores Nacionales que rechacen el matrimonio homosexual y defiendan la familia tradicional como base de la sociedad. Gente de todas las edades, muchas llegadas desde el interior de la provincia incluso, y una gran cantidad de jóvenes con banderas celestes y blancas, demostraron una vez más que Tucumán es capaz de ponerse de pié y defender con coraje e hidalguía aquello que no debe modificarse y que en cambio debe cuidarse porque es un don de Dios y un verdadero tesoro: la vida y la familia.
Fue una verdadera fiesta. Desde el día anterior una lluvia incesante caía sobre Tucumán y hacía presagiar acaso, el fracaso de una marcha para la que se habían preparado tantos. En Casa de Gobierno sonreían tranquilos, pensando “que se había aguado la fiesta” y minimizaban la importancia de la marcha pensando que sería cosa de unos pocos “locos o fanáticos”.
Vaya que se equivocaron. La cifra que se baraja es de 45.000 personas, no me animo a confirmarlo pero si puedo decir que fue una verdadera multitud. En los pagos donde se juró la Independencia Argentina, esta marcha sería el sueño de cualquier político. Sin embargo los políticos sólo acompañaron, sin banderías ni alaraques, asombrados de la forma en que la gente acude por convencimiento y por principios, sin “sanguches” – como dicen acá- ni dádivas de ningún tipo. Fue la marcha de la gente, la convocaron la Fundación Humanitas et Sapientas (área familia) a cargo del Padre Marcelo Barrionuevo y los grupos “Familias formando familias” y “Matrimonios por un mundo mejor”.
Ya hace un año, cuando se realizó en Tucumán el Congreso de mujeres auto convocadas, las tucumanas lograron imponerse pacifica y respetuosamente -no se concibe otro modo – acudiendo masivamente a los talleres en los que con valor defendían sus ideas y luego cercando las Iglesias, maridos, hermanos y padres “pusieron la cara y el pecho” y resistieron insultos y vanos intentos por entrar a nuestros templos. En ese momento nos sentimos orgullosos y fuertes, vimos que ni el arribo a la provincia de 15.000 mujeres podía desestabilizarnos. El jueves por la noche hubo la misma sensación, en la marcha se respiraba alegría, cantos, oraciones y toda una serie de estribillos que resaltaban la importancia de la relación “hombre y mujer”, el derecho y el privilegio de tener “mamá y papá” y la defensa al matrimonio convencional nos unieron a todos. Desde Plaza Urquiza y hasta Plaza Independencia por calle 25 de Mayo, fueron cuadras y cuadras repletas de gente demostraron que en la provincia del azúcar, los valores no tienen precio, no se compran ni se venden y se transmiten con orgullo de generación en generación.
No hubo incidentes de ningún tipo gracias a Dios. Nadie intentó detener la marcha y los transeúntes de esa noche fría y lluviosa fueron sumándose con entusiasmo. En Casa de Gobierno ya no sonreían. Alperovich sabe que esa columna inmensa de gente le está marcando la cancha y sabe también, aunque algunos asesores le digan lo contrario, que votar por el matrimonio gay tendrá para él y su señora un alto costo político en Tucumán. Curiosamente la única Senadora por Tucumán que aprobará esta ley por “convencimiento” según ella misma manifestó aunque la mayoría no le cree, será la señora del Gobernador, Beatriz Rojkés. El radical José Cano en tanto, se opondrá tenazmente y así lo hizo saber el viernes en la sesión realizada en Tucumán, mientras que el restante Senador, el ultra alperovichista Sergio Mansilla, votará también por el no muy a pesar del matrimonio gobernante. Lamentable la verdad que la Senadora de Alperovich no escuche a quienes la han votado.
Así las cosas la gente acompañó hasta pasadas las 10 de la noche cuando la multitud comenzó a desconcentrarse, ni la inclemencia del tiempo detuvo a los tucumanos, que fundidos en un abrazo presentaron un petitorio pidiéndoles a los Senadores votar en contra de la Ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo.
No se discrimina ni se juzga a nadie. La mayoría no se opone tampoco a que se les permita tener beneficios como el poder usar la obra social o ser el heredero natural de los bienes del otro. Lo que la mayoría de los tucumanos y seguro que de los argentinos también no quiere, es que se hable de MATRIMONIO entre personas de un mismo sexo porque matrimonio es una palabra sagrada que fue concebida para la unión del hombre con la mujer. Tampoco por supuesto que se les permita adoptar niños, todos ellos tienen el derecho de crecer en el seno de una familia con un papá y una mamá.
Más allá de la religión, todos coincidían en que somos mujer y varón, cada uno con sus características físicas y psíquicas y así, con mamá mujer y papá varón es como concebimos al matrimonio, base fundamental de la familia que defenderemos a ultranza.
A los miles de tucumanos que marcharon esa noche por las calles de la ciudad, GRACIAS por demostrar que no nos vamos dejar llevar por delante por la pretensión de una minoría que pretende alterar el orden natural y la vida misma.
A quienes organizaron la marcha, que Dios los bendiga. NI dudamos que desde allá arriba el Señor habrá estado mirando orgulloso a este pueblo.
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